lunes, 27 de abril de 2009

Un ejemplo de vida

En un lugar pequeño mágico y hermoso llamado Apan, en el estado de hidalgo, vive un hombre maravilloso, fuerte, sano, con mucho sentido del humor, trabajador, admirable en todos los sentidos de la palabra.

Tiene a la fecha 86 años de edad y es muy feliz viviendo en ese lugar tan peculiar.  Peculiar porque está muy lindo, tiene muchos lugares turísticos que visitar y sobre todo porque tiene habitantes tan hospitalarios, tan buenas personas, que se caracteriza porque quien visita por primera vez ese lugar, no lo deja de visitar nunca más.

Este bello hombre, llamado Ubaldo, cuando era niño sufrió de muchas carencias, su familia era tan grande y sus padres tan humildes que vivían al día de lo que producía el campo; con muchas dificultades vestían, comían y no asistían a una escuela.

Aun así Ubaldo creció siempre tomando la vida con una actitud muy positiva, y como era el más grande de sus hermanos, tenía que ser muy trabajador, soportar todas las tempestades, económicas, morales, maltratos de su padre, etc. y aún así seguir adelante.     Eso lo hizo muy fuerte, muy maduro y un luchador incansable de la vida.

Por su cuenta se metió a estudiar cuando tenía 7 años, aunque su padre se negaba a ello.  Él continúo por unos años hasta el tercer grado de primaria cuando tuvo que abandonar sus estudios porque le resultaba muy difícil continuar ya que tenía tanto que trabajar y cuidar de sus hermanos.   Sin embargo, para entonces ya se había dado cuenta que amaba el estudio y la lectura.    Desde entonces lee tantos libros y todo lo que pasa por sus manos.

Al crecer decide casarse, tener hijos y seguir trabajando las tierras con sus propias manos como siempre. Manos que se les ve tan maltratadas, tan marcadas con las huellas de su vida, pero a la vez tan fuertes y listas para hacer lo que sea necesario.     Luchó junto con su esposa todo el tiempo para que sus seis hijos nunca pasaran por lo que él había pasado.   Gracias a sus esfuerzos tuvieron negocios pequeños además de lo que generaban sus cosechas de las tierras; esto les fue dando una mejor situación económica.

Logró así que sus hijos estudiaran una carrera y tuvieran lo necesario; les forjaron su camino, mismo que cada uno siguió como correspondía.    Algunos se casaron y tuvieron hijos otros no, pero todos salieron de casa de Ubaldo dejándolos solos.

En 1989 sucedió lo que el destino le tenía preparado; Ubaldo pierde a su amada e inseparable esposa lo que le hizo sufrir terriblemente. Todos creían que de esa caída no se levantaría.  Él cuenta que ese había sido el peor momento de su vida.

Una vez más decide no rendirse y salir de esa etapa de depresión terrible.  Se arma de valor y fuerza para continuar viviendo. Y así lo hace.

Maravillosamente, poco a poco, logra vivir mejor que nunca, viviendo para trabajar, para velar por sus hijos, disfrutando a sus nietos, siendo feliz rodeado de gente.

Pasan los años y aun estando solo, porque decide no vivir con ninguno de sus hijos, sigue en la lucha por su vida y su felicidad demostrando una vez mas ser un hombre autosuficiente, fuerte, inteligente y muy trabajador.

A través de leer todos los días todo y en todo momento, un día cae en sus manos el periódico estatal y descubre que el gobierno propone apoyar a las personas de la tercera edad para continuar con sus estudios.     Es así como Ubaldo platica con sus hijos muy entusiasmado y, claro con el apoyo de todos, logra entrar a ese plan de estudios presentando un examen general de conocimientos.   Pese a su nivel bajo de escuela resulto aprobado y saca la mejor calificación.   El plan consistía en que, de forma autodidacta, presentaría cada uno de los exámenes de cada grado que le fueron requiriendo y así le irían otorgando los certificados escolares correspondientes.

Es el caso que hasta la fecha y en el transcurso de un año está a punto de concluir el tercero grado de secundaria.    Ya en este nivel le cuesta un poco de trabajo las operaciones matemáticas, hecho que lo estresa mucho, pero aun así pidiendo ayuda a sus hijos y nietos, sigue deseando presentar los exámenes hasta que le sea posible.    Esta nueva actividad le significa un nuevo reto además de sus labores diarias como recorrer kilómetros enteros en bicicleta diariamente para ir a sus tierras cuidarlas, cultivarlas, sembrarlas o cosecharlas. Esas tierras que le han significado tanto en su vida.

Ubaldo está entusiasmado, estresado por el estudio como un adolescente, comprometido, pero a la vez tan feliz por pasar una prueba más que le aplica la vida desde que es niño.   He aquí la historia de un hombre admirable que demuestra que nunca es demasiado tarde para iniciar una etapa de la vida.   Su vida siempre fue y sigue siendo un reto.

Es un hombre que sabe vivir disfruta plenamente lo que tiene y lo hace siendo feliz.   Es un hombre que vivirá el tiempo que él decida vivir.    El acostumbra decir: “tengo toda una vida por delante” y tiene tan solo 86 años.

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