viernes, 27 de noviembre de 2009

Left Luggage (por Olivia Mejía)

Hoy viendo una película acerca del pasado doloroso, que deja su cicatriz de por vida, me ha puesto a pensar si todo el tiempo estamos perdiendo o cerrando.

Perdemos la inocencia cuando nuestros padres están ausentes, perdemos la seguridad cuando en nuestra propia casa hay violencia, perdemos los sueños cuando aún dormidos sólo hay pesadillas, perdemos pureza cuando en nuestro corazón empieza a crecer el dolor y el miedo, perdemos el respeto cuando ni siquiera nosotros nos valoramos, perdemos las ilusiones cuando nuestras decisiones nos alejan de ellas, perdemos el poder de nuestra vida cuando cansados de equivocarnos se lo damos a alguien más, perdemos el rumbo cuando no volteamos al cielo a ver la brújula divina, perdemos el tiempo cuando sólo vamos dormidos por la vida, perdemos el coraje por ir siempre contracorriente a lo que dicta nuestro corazón, perdemos la locura cuando dejamos que la cordura de la sociedad nos llene la cabeza, perdemos la libertad por tratar de sentirnos parte de algo o de alguien, perdemos la identidad al querer encajar en la sociedad, perdemos la luz por que cerramos los ojos a la verdad, perdemos, perdemos, perdemos….

Y un día mágico abrimos los ojos , nos deslumbra la realidad y nos deja perplejos por que la brújula trabaja sin descanso y nos permite ver que aún estamos completos, que no necesitamos ser parte de un grupo, que ya somos parte de un Todo perfectamente sincronizado, que nuestro corazón sigue dándonos sus mensajes con cada latido, que si nos detenemos a escuchar ahí sigue la locura, esa que nos hace totalmente diferentes y extraños, y entonces la locura nos hace ir por la vida soñando despiertos y nos da paz mientras dormimos, despertamos con el poder en cada célula, en cada rincón de nuestros ser, lo que nos lleva a tomar decisiones correctas y nos hace valorar nuestra vida recobrando cada ilusión; y entonces construimos nuevas realidades.

Perder para ganar, llorar para reír, despertar para soñar, destruir para crear, aprender para respetar, soltar para sujetar….

Cada paso que hemos dado no ha traído aprendizaje, fortaleza, conciencia, templanza, humildad y entonces la vida se vuelve en ganar, ganar, ganar…

Si siempre estamos cerrando ciclos por que nos cuesta tanto? Si seguramente la vida nos esta dejando algo mejor, una nueva lección llena de nuevas emociones y lecciones, ya deberíamos haber aprendido sobre la fluidez y la docilidad ya que no hay nada de que arrepentirse. El ciclo de los ciclos nunca termina y sólo nos queda vivirlos con tanta intensidad, arriesgándolo todo para ganar de la misma forma.

La película se llama “Nunca te vayas sin decir te quiero”. No te vayas del ciclo sin haber expresado cada sentimiento, cada vibración de tu corazón, no importa que des miedo, que parezcas arrebatado, ilógico o prematuro, si eso sientes, es maravilloso!!.


Soneto (Santa Teresa de Ávila)

Si para recobrar lo recobrado, tuve que haber perdido lo perdido
si para conseguir lo conseguido, tuve que soportar lo soportado.

Si para estar ahora enamorada, fue menester haber estado herida
tengo por bien sufrido lo sufrido, tengo por bien llorado lo llorado.

Porque después de todo he comprendido, que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.

Porque después de todo he comprobado, que lo que tiene el árbol de florido
vive de lo que tiene sepultado.

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viernes, 5 de junio de 2009

Niño Perdido

Hace unos 3 – 4 meses me tuve que llevar a Aarón a mi trabajo (mi hijo de 2 años). Tenía que ir a mi oficina a producto de gallina porque estaba esperando una llamada para una conferencia de varias empresas para la configuración y pruebas de un enlace, o sea, tenía que estar a fuerza con todo y chamaco.

Mis compañeros ya sabes “ayyyy, ¿es tu hijo?” y todo el mundo lo traía paseando y ji ji ji—jajjaja; total en mi ex-trabajo para que entres o salgas necesitas tarjeta de proximidad y no hay forma de que la puerta se quede abierta, ves que son pesadas y tienen un imán precisamente para eso, al pasar esa puerta está la recepción, luego hay otra puerta pesada de cristal y después los elevadores………., bueno……, entra la famosa llamada y me ponen en espera; en lo que enlazaban a todos, mi amigo me dice “me llevo a tu hijo a la tienda, en lo que hablas”, órale, le dije.


En menos de 1 minuto, de verdad, empecé a sentir algo raro, llámalo instinto maternal o como quieras, camino para encontrar a mi amigo y me dice oye estoy buscando a tu hijo, empiezo a gritar en la oficina, “Aarón.. Aaroooooooón”, otro compañero de la ofician dijo, “aquí anda, se estaba escondiendo abajo del escritorio…” (el lugar es pequeño no es grande) y todos asomándose debajo de sus lugares, le dije a mi amigo “mi hijo no está aquí vamos afuera” (no me preguntes donde deje el teléfono y a qué hora colgué) me dijo “… nooooo, cómo crees no se puede salir”, repito instinto maternal, salgo a recepción y me dicen las chicas, “no cómo crees que si pasa por aquí lo vamos a dejar salirse, aparte no puede salirse, cómo abre la puerta y no nos hemos movido de aquí…”, salí a las escaleras, que es donde están los baños” grite como loca “Aaaaaaroooooón!!!!!!!” por varios pisos. Me metí a varios baños, regreso a mi oficina y ya era pánico porque todos estaban buscando a Aarón, llamé a los polis de la entrada del edificio para decir que si veían a alguien con niño lo detuvieran, cuelgo y corro otra vez a las escaleras porque yo estaba en el piso 10, me bajo corriendo escaleras y gritándole a Aarón, exactamente como vieja loca, cuando de pronto veo subir a un chavo igual corriendo y me dice “tú eres la que está gritándole a un niño” y yo “sii!!!!”, (obvio mi cara era amarilla) me dice “…esta allá abajo con mi compañera”, al mismo tiempo casi, me gritan “¡¡ya te hablo el poli que tu hijo está allá abajoooooo!!”

Llego a PB, lo estaba cargando una chava y Aarón con una cara de puchero y así como sacado de onda lo veo, lo abrazo lo reviso de todo el cuerpo y le digo a la chava “¡¡¡¿¿¿¿que paso????!!!” Dijo, “lo agarre en el elevador, somos del piso 9 y acá abajo empezó a decir mamá, mamá y ya iba para afuera, o sea la calle”, y la chava lo agarro porque dice que le saco de onda no ver a la madre del niño y al mismo tiempo el poli los detuvo.

O sea me cagué, esa es la palabra no hay de otra, normalmente me llegan cadenas de niños perdidos con la foto y demás, yo siempre he pensado que es irresponsabilidad de los padres y siempre he cuestionado eso, cómo puede ser que pierdas a tu hijooooooooooo. No es choro y bueno para los que conocen a mi hijo es súper sociable a todo el mundo saluda y se va con todo el mundo a pesar de que no habla bien porque es pequeño.

En resumen escribo esto porque nosotros, que somos padres responsables y tenemos hijos, pues no es necesario estar en aeropuertos, centros comerciales o parques para que tu hijo se pierda.

Aaaaaaaahhhhh, lo siento, claro; cómo se salió, cómo entro al elevador NADIE SABE, LAS DE RECEPCION no lo vieron y me dijeron que no había nadie, mis demás compañeros sólo lo vieron jugando debajo los escritorios, mi amigo el que iba a llevárselo a la tienda cuando yo le dije a Aarón te vas a ir a la tienda con él YO VÍ Y OÍ CÓMO ME DIJO SI MAMI, en ese segundo me volteo porque estaba con la llamada y le hago señas a mi amigo de gracias, sí llévatelo, dice mi amigo que voltea y no ve a Aarón, dice que se fue para el pasillo y siguió sin verlo cuando venía de regreso a mi lugar para ver si se había regresado el niño fue cuando nos encontramos y le dije que Aarón no estaba.

Al regresar con el niño todaaaaaaa la oficina sacando conclusiones de cómo y con quien se salió, nadie supo, ya después con el morbo y la duda vimos el video de las cámaras de seguridad y Aarón obvio no se ve, aunque pase por recepción es muy pequeño y no se ve, no alcanza el elevador, y empezando porque no se puede salir de la oficina a menos que alguien le haya abierto… es una duda, pero con el susto a mi me ha servido para estar más paranoica jajaja, no de verdad pues mas alerta, todo el tiempo cuando estamos en la calle lo tengo con una como correa, aunque me digan que saco a pasear al perro, no me importa, pero si pasó en mi oficina con toda la gente y toda la “seguridad” de que no se sale, pues pasó.

Y vuelvo a lo mismo ahora pienso diferente de cada vez que llegan cadenas de niños desaparecidos, y de verdad EN MENOS DE 1 MINUTO A CUATRO PERSONAS QUE ESTABAMOS AHÍ SE NOS DESAPARECIÓ.

Así que, repito no es para PONERTE PEOR pero a mí me pasó y Gracias a Dios no fue algo MAS FEO porque no te platico todo lo que pasó por mi mente cuando estaba en las escaleras gritándole y revisando los baños, y no sé que sea pero, UNO COMO MAMÁ O PAPÁ SIENTES Y SABES QUE ALGO NO ESTA BIEN………… ES HORRIBLE Y HAN SIDO LOS 15 MINUTOS MAS ETERNOS Y ANGUSTIANTES QUE HE VIVIDO HASTA AHORA, no se compara con septiembre, cuando choque y que llegaron bomberos a sacarme del coche, eso no se compara con nada el no saber dónde está tu hijo.
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lunes, 27 de abril de 2009

Un ejemplo de vida

En un lugar pequeño mágico y hermoso llamado Apan, en el estado de hidalgo, vive un hombre maravilloso, fuerte, sano, con mucho sentido del humor, trabajador, admirable en todos los sentidos de la palabra.

Tiene a la fecha 86 años de edad y es muy feliz viviendo en ese lugar tan peculiar.  Peculiar porque está muy lindo, tiene muchos lugares turísticos que visitar y sobre todo porque tiene habitantes tan hospitalarios, tan buenas personas, que se caracteriza porque quien visita por primera vez ese lugar, no lo deja de visitar nunca más.

Este bello hombre, llamado Ubaldo, cuando era niño sufrió de muchas carencias, su familia era tan grande y sus padres tan humildes que vivían al día de lo que producía el campo; con muchas dificultades vestían, comían y no asistían a una escuela.

Aun así Ubaldo creció siempre tomando la vida con una actitud muy positiva, y como era el más grande de sus hermanos, tenía que ser muy trabajador, soportar todas las tempestades, económicas, morales, maltratos de su padre, etc. y aún así seguir adelante.     Eso lo hizo muy fuerte, muy maduro y un luchador incansable de la vida.

Por su cuenta se metió a estudiar cuando tenía 7 años, aunque su padre se negaba a ello.  Él continúo por unos años hasta el tercer grado de primaria cuando tuvo que abandonar sus estudios porque le resultaba muy difícil continuar ya que tenía tanto que trabajar y cuidar de sus hermanos.   Sin embargo, para entonces ya se había dado cuenta que amaba el estudio y la lectura.    Desde entonces lee tantos libros y todo lo que pasa por sus manos.

Al crecer decide casarse, tener hijos y seguir trabajando las tierras con sus propias manos como siempre. Manos que se les ve tan maltratadas, tan marcadas con las huellas de su vida, pero a la vez tan fuertes y listas para hacer lo que sea necesario.     Luchó junto con su esposa todo el tiempo para que sus seis hijos nunca pasaran por lo que él había pasado.   Gracias a sus esfuerzos tuvieron negocios pequeños además de lo que generaban sus cosechas de las tierras; esto les fue dando una mejor situación económica.

Logró así que sus hijos estudiaran una carrera y tuvieran lo necesario; les forjaron su camino, mismo que cada uno siguió como correspondía.    Algunos se casaron y tuvieron hijos otros no, pero todos salieron de casa de Ubaldo dejándolos solos.

En 1989 sucedió lo que el destino le tenía preparado; Ubaldo pierde a su amada e inseparable esposa lo que le hizo sufrir terriblemente. Todos creían que de esa caída no se levantaría.  Él cuenta que ese había sido el peor momento de su vida.

Una vez más decide no rendirse y salir de esa etapa de depresión terrible.  Se arma de valor y fuerza para continuar viviendo. Y así lo hace.

Maravillosamente, poco a poco, logra vivir mejor que nunca, viviendo para trabajar, para velar por sus hijos, disfrutando a sus nietos, siendo feliz rodeado de gente.

Pasan los años y aun estando solo, porque decide no vivir con ninguno de sus hijos, sigue en la lucha por su vida y su felicidad demostrando una vez mas ser un hombre autosuficiente, fuerte, inteligente y muy trabajador.

A través de leer todos los días todo y en todo momento, un día cae en sus manos el periódico estatal y descubre que el gobierno propone apoyar a las personas de la tercera edad para continuar con sus estudios.     Es así como Ubaldo platica con sus hijos muy entusiasmado y, claro con el apoyo de todos, logra entrar a ese plan de estudios presentando un examen general de conocimientos.   Pese a su nivel bajo de escuela resulto aprobado y saca la mejor calificación.   El plan consistía en que, de forma autodidacta, presentaría cada uno de los exámenes de cada grado que le fueron requiriendo y así le irían otorgando los certificados escolares correspondientes.

Es el caso que hasta la fecha y en el transcurso de un año está a punto de concluir el tercero grado de secundaria.    Ya en este nivel le cuesta un poco de trabajo las operaciones matemáticas, hecho que lo estresa mucho, pero aun así pidiendo ayuda a sus hijos y nietos, sigue deseando presentar los exámenes hasta que le sea posible.    Esta nueva actividad le significa un nuevo reto además de sus labores diarias como recorrer kilómetros enteros en bicicleta diariamente para ir a sus tierras cuidarlas, cultivarlas, sembrarlas o cosecharlas. Esas tierras que le han significado tanto en su vida.

Ubaldo está entusiasmado, estresado por el estudio como un adolescente, comprometido, pero a la vez tan feliz por pasar una prueba más que le aplica la vida desde que es niño.   He aquí la historia de un hombre admirable que demuestra que nunca es demasiado tarde para iniciar una etapa de la vida.   Su vida siempre fue y sigue siendo un reto.

Es un hombre que sabe vivir disfruta plenamente lo que tiene y lo hace siendo feliz.   Es un hombre que vivirá el tiempo que él decida vivir.    El acostumbra decir: “tengo toda una vida por delante” y tiene tan solo 86 años.

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lunes, 30 de marzo de 2009

Un ataque que no se cree

Esta es la historia de Roberto y Sophia que deciden casarse para ya no separase y ser felices por siempre, lo que Sophia no sabía es que sería un matrimonio lleno de sorpresas.

Por otro lado estaba Elena, hermana de Sophia, era más joven, más delgada, más alta, más atractiva y tenía su novio, Marco.  Ellos eran una pareja de novios muy agradable, muy integrada, muy estable, se llevaban súper bien.

El día de la boda de Sophia con Roberto ante el altar se prometieron amor eterno, respeto, quererse en las buenas y en las malas.   Fue una boda muy bonita, muy vistosa elegante, todo se veía muy bien, todo apuntaba a ser una vida de matrimonio duradera y feliz

Transcurrieron un par de años y todo aparentaba que iba bien, aunque Roberto era un tipo de hombre con muy mal carácter, se podría decir que hasta neurótico y agresivo ante cualquier persona que trataba con él, incluyendo a la propia Sophia.    Era un hombre grosero, petulante, sentía que era muy inteligente, muy sabio, siempre creía tener la razón.   Las personas que lo rodeaban lo toleraban por Sophia, quien era una persona súper agradable, confiada y lo salvaba de todo cuanto hacia mal Roberto, lo justificaba, decía que estaba estresado, de malas, que lo disculparan.

Por supuesto que surgieron compromisos familiares como fiestas de navidad, fin de año, comidas de cumpleaños, etc., donde por ello las familias se tenían que quedar juntos en la misma casa o en el mismo hotel.     Fue cuando Elena se empieza a dar cuenta de que Roberto la acosaba, al principio con la mirada donde quiera que la viera, después, cuando se tenían que quedar en la misma casa.     Ella tranquilamente se iba a la recamara que le tocara quedarse, y Roberto entraba con mil y un pretextos a esa recamara “casualmente”; le decía a Elena que estaba ahí para ver si no le hacía falta nada, que si quería que le llevara un vaso de agua, para cerrarle bien la puerta, etc.

Pasado el tiempo, Sophia y Roberto, por problemas económicos, tuvieron que irse a vivir a la casa de los papas de Sophia.   Ahí vivirían Sophia, Roberto, otras dos hermanas y Elena, que todavía permanecía soltera, ahí fue cuando Elena noto más acentuado ese acoso de Roberto, hecho que le empezaba a ser bastante incómodo.

Pasaron los días y Roberto seguía entrando de noche a la recamara donde dormía Elena, ella empezó por inquietarse mucho y después por preocuparse, al grado de poner todas las noches tras la puerta una silla, un sillón, después cerraba la puerta y Roberto se las ingeniaba para abrirla y cuando Elena ya por fin lograba conciliar el sueño, de repente percibía el movimiento de él, y cuando ella se despertaba el salía corriendo.    Elena pensó en decirle algo, contarlo a alguien, pero se detenía por no provocar problemas… por miedo.

Afortunadamente Elena decide casarse con su novio Marco, y ya se alejaría de todo esto, ella creyó que solo quedaría como una pesadilla.

Por fin se llevo a cabo la gran boda, Elena y Marco se prometieron cosas lindas ante el altar, pero con la gran diferencia que ellos sí se amaban.   Elena le conto todo a Marco y se pusieron de acuerdo en vigilar a Roberto cuando fuera necesario, dando por un hecho que no volvería a suceder, por respeto a él.

El matrimonio de Roberto y Sophia era lleno de apariencia, de presunciones, de banalidades e hipocresías.   Pasaron muchos meses donde, al final de una fiesta de familia, Elena y Marco decidieron dormir en el mismo lugar con todos los de la familia.    Marco y Elena no se preocuparon por ello, estaban seguros que no había riesgos, que todo ya había pasado.   Pero sucedió lo inesperado lo que nadie se imaginaria.

A media noche Elena bastante dormida siente un poco de frio en su pecho y enseguida siente el roce de unas manos acariciando sus senos, ella dormida creyó que se trataba de su marido, y al despertarse se sobresalta y muy asustada grita, empieza a insultar a Roberto, a maldecirlo.

Con esos gritos se despierta Marco y de un salto agarra a Roberto del cuello, lo quería matar, pero Elena lo detuvo, le dijo que no se ensuciara las manos con un maniático.   En ese momento Sophia al escuchar ruidos empezó a gritar preguntando qué pasaba ahí.

Roberto les ruega a Marco y Elena no digan nada, diciendo que no sabía que le pasaba, que les daría una explicación, que lo perdonaran, Elena decide en ese momento esperar esa explicación y le pide a Marco lo deje por el momento.

Cada uno se fue a dormir a su lugar, Elena estaba bastante intranquila, enojada, sintiendo impotencia, desesperación.   Al otro día Elena busca a Roberto y le pide esa explicación de inmediato, ya al estar juntos ella lo insulta, lo maldice, lo golpea en la cara, ya no sabe qué hacer y el muy tranquilo deja que ella haga lo que quiera y le dice:

Roberto: ¿qué tiene de malo, desear a otra mujer tan bella?

Elena: ¿qué estás diciendo?

Roberto: ¿qué quieres que haga, me gustas, te deseo desde que me case con tu hermana, por eso lo hice, yo no amo a Sophia, te quiero a ti Elena, pero tuve que casarme con ella para estar cerca de ti siempre.

Elena: maldito cerdo, no es posible, eres un desgraciado, depravado, te voy a matar.

Roberto: ¿por qué me odias si te quiero… cómo iba a hacer para tenerte?

Elena: esto no se quedara así, mi hermana sabrá todo.

Roberto: tu haz lo que quieras, a tu hermana la tengo contenta, le doy todo lo que me pide, todo, y como es tan materialista jamás te creerá, porque no le conviene dejarme, no te creerá, ya lo veras!

Así fue cuando Elena desesperada va y busca a su hermana Sophia para contarle todo y de la misma manera, muy tranquila escucha todo y al final le dice a Elena que todo lo está inventando porque le tiene envidia, porque no puede creer como la quiere Roberto, que por todo lo que tenía, etc…

Por último Sophia le dice a Elena que ella estaba segura que si Roberto le falto en algún momento al respeto es porque Elena lo provocaba, porque ella era mala y le tenía envidia. Que no le creía nada.

¿Cómo era posible que ese ataque, ese acoso sexual de muchos años y el que Elena no lo había querido contar por no provocar problemas con su hermana, ahora era el invento más grande que ella hubiera creado?.

¿Cómo era posible que tuviera más peso la palabra de un hombre maniático, con problemas sexuales, loco y hasta peligroso, que lo que una hermana victima de ese acoso pudiera decir?.

 Elena estaba tan decepcionada tan derrotada que se tuvo que alejar de su hermana.  Lo más increíble es que hasta la fecha Sophia sigue casada con Roberto y aparentemente son felices.

Lo único en que Elena sí está segura es que esa duda quedo sembrada como una semilla en su jardín de mentiras y que algún día saldrá a relucir lo malo que actúa ese hombre.    Ahora Elena y Marco siguen viviendo un matrimonio feliz, lleno de sinceridad, honestidad y amor.

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miércoles, 18 de marzo de 2009

Un mal "desconocido"

Cuando te haces la pregunta clásica “¿qué me pasa?... no sé que siento…”  Al despertar un día, te das cuenta de que no te sientes igual que el día anterior; te sientes cansada, sin querer salir de la cama, pasas el día con flojera, con apatía, y deseas volver a dormir. 

Luego, el siguiente día te sientes más cansada, con más flojera, no te quieres arreglar, no te interesa, te miras al espejo y te ves terrible y sientes que transcurre el día con mucha dificultad, sin ganas de moverte, sin hambre, y no sabes que sientes. Con urgencia deseas acostarte como todos los días pero más temprano, sin pensar en otra cosa sino en la idea de ya no quererte levantar de esa cama.  Duermes mucho, y ya no deseas levantarte, cuando lo haces, estas de muy mal humor, quieres llorar por cualquier cosa y lloras, no te levantas, solo te escondes debajo de las cobijas, no quieres saber nada de ti, ni de nada ni nadie.
Luego de esto, ya no sabes que tomarte para sentirte mejor, no sabes que es lo que pasa que es lo que debes hacer, nadie te comprende, solo te critican. Pasas el día durmiendo, pero te levantas, estas súper inquieta, vas de un lado para otro, sin saber que quieres y a la vez solo quieres meterte en la cama, dormir y dormir.
Pero algo te mueve y te hace sentir una gran desesperación, te miras al espejo y estas peor, lloras, quieres gritar, correr, dormir. Estas tan desesperada y ansiosa por sentirte como antes y no sabes cómo. Ya no puedes más!!!!
Para entonces, lo único que te cruza por la mente es que te dejaras morir, te mataras de alguna manera, y solo esta fija esa idea en tu mente, ya no piensas en nada más que en morir.

Si afortunadamente alguien al fin te comprende y te lleva a un médico y este consigue diagnosticar tu mal o, si es honesto, te dirá que acudas a un especialista en psiquiatría. Muy probablemente te dirán que tienes la terrible enfermedad llamada depresión.

Los diccionarios establecen que depresión es: decaimiento del ánimo o de la voluntad. Otros la definen correctamente como efecto patológico caracterizado por un decaimiento del sentimiento del valor personal, pesimismo e inhibición o disminución de las funciones psíquicas.

Hay gente que no la conoce y aunque parezca increíble médicos que no están familiarizados con ella tampoco saben identificarla de primera mano.
Hay quienes dicen que es flojera, que es tristeza, que es histeria, menopausia, inventos mentales, etc. y nadie comprende que es una enfermedad que debe ser atendida y medicada a tiempo porque puede ser mortal.
Quienes la hemos vivido sabemos y entendemos de que se trata, es terrible.
Existen dos tipos de depresión la que se genera por problemas orgánicos y otra la que se genera uno mismo. La primera puede sobrevenir a problemas orgánicos como golpes en la cabeza, hemorragias cerebrales, enfermedades graves como cáncer, tiroidismo, presión arterial, diabetes, etc. La segunda la podemos generar nosotros mismos por problemas de vida como divorcios, muertes, secuestros, etc. en donde tu mente “decide” recurrir a este estado de ánimo para evadirlos. Es una enfermedad progresiva y en ambos casos te pueden llevar a la muerte.

Cuando detectes estos síntomas en ti o en alguien, no trates de comprenderlos ni de criticarlos, mejor acude o lleva a esa persona a un psiquiatra. El sabrá atender la situación de manera adecuada y sin auto medicarse.

Cada que tengas un problema si es orgánico acude a tu medico de inmediato y si es mental o psicológico acude a un terapeuta.

Nunca dejes que tus problemas crezcan, porque todo se puede resolver mientras tengamos vida……….calidad de vida.

Atiéndete
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domingo, 8 de marzo de 2009

Una oportunidad más: Cuando la vida gira 180 grados

Todo comenzó en el año de 1989, en un día domingo soleado. Un día que tenía que ser tan hermoso porque estaría con la familia, donde disfrutaría de todo y todos, de cada momento, pero algo sucedió...

Al transportarme hacia el lugar de reunión, al subirme a una camioneta pick-up, me golpee la cabeza fuertemente.

Seguí mi camino aparentemente normal, al cabo de dos horas mi vista se nublo, tenía mucho sueño. No resistía el sueño, me dormí de repente y cuando desperté estaba siendo atendida por un medico que urgentemente me había inyectado un medicamento que hiciera que saliera de la convulsión.

Todos pensaron incluso yo que solo había sido un desmayo por el mismo golpe.

Seguimos con la reunión todos actuaron normal. Yo me sentía un poco confusa, pero aparentemente bien.

Cuando llego la noche me fui a dormir acompañada de mi esposo, en la madrugada fui al baño y ahí caí desmayada ; como tarde en salir, mi esposo fue a verme y estaba sin conocimiento, me llevo de inmediato a urgencias del hospital ISSSTE Distrito Federal.

Se inicio todo un torbellino en mi vida, a partir de ese momento, yo no sabía qué era lo que pasaba, que sentía, era todo obscuro, me lastimaba cualquier rayo de luz, creí que estaba quedándome ciega, me dolía tan intensamente la cabeza, todo era confusión. Pensaba: "...estoy muriendo, no soporto este dolor".

Yo no supe mas, pero ahora sé que estuve tantos días hospitalizada, siendo sujeta a estudios tras estudios, el diagnostico había sido: hemorragia cerebral, mis ojos no soportaban la luz porque los nervios ópticos se me habían volteado, todo se iba complicando, pero no moría, ahí seguía resistiéndome, pero sin saber quién era o porque lo hacía.

Me cuentan que me congelaban mi cabeza para dormirla y evitar dolor, me mantenían dormida con diazepam todo el tiempo, no abría los ojos porque era intolerante el dolor, me mantenían drogada con medicamentos sumamente fuertes para evitar el dolor, además de hidrocortisona para estar desinflamando la hemorragia.

Después de muchos días me llevaron a mi casa, donde mi esposo me atendía con todo lo necesario antes de irse a trabajar. Me tenía que dejar dormida, casi todo el día, por instrucciones médicas y no se generara ninguna complicación.

Todo para él era tan difícil porque no podía dejar de trabajar para poder mantener mi situación de incapacitada.

Así permanecí casi un año, sin saber nada de lo que sucedía a mi alrededor, no sentía, ni pensaba, ni sabía que transcurría el tiempo, solo dormía y dormía.

Era tan difícil para mi esposo, tenía que estar pendiente de todo, pendiente de sí mismo para no decaer, porque no quería que yo muriera, pero ahí continuaba en la lucha contra mi problema.

Después de todo ese tiempo, aparentemente empezó a cambiar un poco mí, los médicos decían que ya todo estaba pasando, ya empezaría con mi recuperación.

Empecé por abrir poco a poco los ojos, disminuía el dolor, empecé a razonar, a recordar, creíamos que todo estaría pasando que solo había sido una mala jugada de la vida.

Pero solo pasaron un par de meses cuando de la nada surgió otro problema tan terrible que ahí si creyeron que sería el fin.

Empecé por no poder dormir y pasaban los días, eso empezaba a alterarme tanto no solo a mí sino a todos de nueva cuenta.

Seguían pasando los días y yo sin dormir en lo absoluto, empecé con temblores de la mandíbula, manos, obviamente quería estar acostada todo el día porque ansiaba dormir, pero no podía, mis ojos se fueron poniendo fijos, no parpadeaba, no reacciona, era terrible, estaba muriendo poco a poco, sin siquiera yo provocarlo, eso sucedía conforme transcurría el tiempo….de la nada.

Lógicamente, no comía, no me bañaba, no me arreglaba, no hablaba solo mi boca temblaba, mis manos, ya no conocía a nadie, me hablaban y yo no ni siquiera podía mover los ojos, no sabía que me estaba pasando, nadie sabía. Solo se veía como iba consumiendo en la nada. Me llevaron a tantos especialistas, curanderos, brujos y no había curación, al contrario cada día era peor.

Volví a perder la noción del tiempo, de la gente, de mi misma. Era terrible para los que me rodeaban, no para mí porque no me enteraba de nada, estaba perdida en el vacío, me estaba muriendo y no podía hacer nada en contra.

Un día decididamente una de mis hermanas, su esposo y el mío deciden como último recurso, llevarme a un hospital psiquiátrico.

Así lo hicieron y en el camino íbamos en dos coches yo con mi esposo, y ella con el suyo y en el camino en la carretera, dicen que yo abrí mi puerta y me baje, afortunadamente mi esposo iba muy despacio, caí, y me eche a correr mientras ellos se estacionaron.

Corría como caballo desbocado, sin control, sin saber que hacía, sin remedio.

Pensaron: "ya se volvió loca, morirá..."

Me subieron al auto con dificultad y llegamos al psiquiátrico, dicen que me atendió el director de ese hospital le contaron todo lo que había pasado y ya con esa información de inmediato, el doctor le dijo a mi esposo: gracias a dios llegaron a tiempo, su esposa ha dejado de producir la sustancia catecolamina que produce el cerebro para lograr el equilibrio en nuestros estados de ánimo del cuerpo, ha caído en la peor de las depresiones y si no es atendida …..morirá.

Ese medico me salvo la vida, de inmediato me inyectaron medicamentos especiales para generarme esa sustancia, y recomendó no dejarme sola porque podría matarme o dejarme morir mientras reaccionaba al tratamiento.

Con esas instrucciones fui llevada a mi casa y con todos los cuidados de mis familiares muy lentamente, fui saliendo de esta.

Pasaron muchos días en que yo pudiera dormir, pudiera recordar quién era nuevamente, pudiera reconocer a los seres que me habían salvado mi vida.

Tuve que hacer tantas cosas para salir de ese trance, tomar medicamentos, terapias, etc. Hasta que fuimos logrando sacarme de ese hoyo negro, del que nunca hubiera salido sin la ayuda de un psiquiatra y de mis seres amados que nunca me abandonaron.

Ese hoyo negro, que ahora se que se llama depresión, y que es una enfermedad tan terrible que nos puede matar.

Tardo mucho tiempo en que yo volviera a reaccionar correctamente, mi ojos empezaron a ver la luz del día con gratitud, empecé a dormir noches completas, naci nuevamente.

De verdad sentía que era otra persona que había renacido, ni yo creía que estaba viva.

Todo había sucedido por un golpe en la cabeza.

Además después de haber sobrevivido a este gran suceso, me sucedió la mejor bendición de mi segunda vida, tener una hija, el regalo más bello de dios. Ahora estoy viva plenamente viva¡¡¡¡¡¡ Viviendo feliz , agradecida cada día por ello.

Disfrutando de mi vida, valorando todos y cada uno de mis momentos, amando intensamente a mi familia, a mi hija y por sobre todas las cosas a mi amado esposo que en todo momento estuvo conmigo.

Así es que esta historia de mi vida se las comparto para que tengan mucho cuidado de atender los golpes en la cabeza y las depresiones.

No lo dejen pasar; cualquier detalle raro en nuestras vidas o accidentes hay que atenderlos de inmediato.

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